La niñez es la primera etapa de la vida. Es la etapa en la que lo empezamos todo: empezamos a pensar, a decidir, a imaginar, a construir, etc.
La sensibilidad, la ingenuidad y las ganas de divertirnos que vivimos en esa etapa, no las volvemos a vivir. Es por eso que cuando estás con ellos esa faceta suya es la que a veces nos atrapa, porque nos recuerda a nuestra infancia y a esas ganas de pasarlo bien pase lo que pase.
Hace 11 años que empecé de manera voluntaria a estar con niños en un club de esplai. A medida que ha ido pasando el tiempo he estado en varios ámbitos: como colegios, campamentos, casales, etc.
Desde el día que empecé hasta a día de hoy que tengo 27 años he aprendido tantísimas cosas de los niños que nos la podría enumerar todas, y me han aportado tanto que no lo podría describir con palabras. Me han dado mucha vida.
Yo no soy profesora ni he estudiado nada relacionado con la educación, pero admiro a todas y a cada una de esas personas que están metidas en este mundo tan complicado y a veces muy poco agradecido. Me refiero a todos esos profesores, educadores y cuidadores entre otras tantas profesiones que se dedican a la educación.
Existen grandes maestros, pero como los niños, ninguno.